domingo, 24 de febrero de 2008

Rafael Granero Chulbi PAC 4 sociologia

La nueva estrategia.

"...lo que, en el mejor de los casos, es un trabajo de imaginación [la capacidad potencial como nuevo indicador de una meritocracia natural de la cultura del capitalismo impaciente, por contraposición a la meritocracia basada en el producto realizado, propia de una cultura de la artesanía],... en el peor, esta exploración de talento corta la referencia a la experiencia y los lazos que unen a las circunstancias, renuncia a las impresiones sensoriales, separa análisis de creencia, ignora el poder de cohesión del compromiso emocional y castiga la profundización, todo lo cual lleva a vivir en un proceso, que el filósofo Zygmunt Barman llama de ‘modernidad líquida’, exactamente la condición social del trabajo en los sectores punteros" (Richard Sennett, La cultura del nuevo capitalismo, Anagrama, 2006, pàg. 107)

En esta cita podemos encontrar buena parte de los conceptos cuya comprensión es para Sennett imprescindible para llegar a entender, criticar y finalmente poder disponer de herramientas teóricas para poderse enfrentar al capitalismo impaciente.

El primero de estos conceptos es que la suma de todos ellos representa más un cambio de estrategia que no tan sólo una mera política táctica: el paso del capitalismo social al capitalismo impaciente -paso que se ve en toda su impactante claridad en "los sectores punteros"- sólo se puede hacer en la medida que se interiorizan unos cambios sociales y culturales. Cambios que, siguiendo a Sennett, podríamos concretar en:

1) Primacia de la potencia sobre el acto1. El capitalismo impaciente valora más la posibilidad que el hecho (Sennett asocia lo realizado al esfuerzo inherente a la artesanía, esfuerzo que ahora se ve discriminado, puesto que hoy se "castiga la profundización"): tanto en el trabajo como en el consumo. El valor de uso del producto (aquello que sé hacer bien y aquello que utilizaré) queda apagado ante la "venta" de posibilidades (aquello que podría hacer o utilizar). La tecnología ayudará a desdibujar los perfiles de los productos: es lo "dorado" que esconde la realidad. Es, finalmente, el poder de la marca por encima del poder del producto2.

2) Asunción de la anomia social como alternativa a la autonomía social. Este es, muy posiblemente, el cambio mayor -" ignora el poder de cohesión del compromiso emocional"- incluido en la nueva estrategia, y al cual el resto de conceptos, más que interrelacionados -que lo están-, parece que estén subordinados: no es sólo que provoquen anòmia, sino que les hace falta la existencia de ésta por existir3.

3) Imposición de la discriminación que una supuesta objectividad ejecuta (especialmente en los procesos de selección4 -y en el tratamiento actual de la meritocràcia- en los que de alguna manera investigadores y directores de recursos humanos niegan la realidad de la existencia de diferentes relatos vitales, diferentes culturas...) al no tener en cuenta el entorno social, la cultura subyaciente y la historia del individuo (aquello que ha hecho, punto relacionado con el punto 1)): "exploración de talento corta la referencia a la experiencia y los lazos que unen a las circunstancias".

4) La destrucción controlada (liquidación en proceso: tan brutal alcanza a ser el cambio5) de ciertas instituciones, especialmente las basadas en la burocracia piramidal (especialmente del capitalismo social o renano, y de su sustancia: el capital social), que imitaba a la burocracia del ejército, y que existía en las empresas y en los estados. Una jaula de hierro que a la vez cerraba y protegía, forzaba e incluía.

5) La separación entre poder y autoridad. Mientras que la burocracia piramidal en su vértice tenía poder (mandaba) y autoridad (era reconocido), el poder de las burocracias MP3 (mucho más concentrado en un punto central, a menudo ajeno físicamente al resto de centros de trabajo) se desresponsabiliza de sus trabajadores y de las decisiones que toma6, perdiendo por el camino la autoridad y la lealtad de ella derivada: "pues el poder se ha separado de la autoridad" (Sennett, ob. cit. 154).

y 6) La desaparición de la interpretación mediada (meditada, no mecánica) de la realidad -muy relacionada con el punto 5)-, tanto en sentido de la experiencia que viajaba desde los obreros/clases populares hacia los empresarios/políticos como de las órdenes y propuestas que recorrían el sentido contrario. Los detentors del nuevo poder, sintiéndose poseedores de todo, renuncian "a las impresiones sensoriales" de los subordinados y "inspiran una débil lealtad... a la vez que generan... elevados niveles de ansiedad ante la inutilidad" (Sennett, ob. cit. 155).

Instituciones: líquida liquidación.

Con respecto al presente trabajo, tenemos que dejar a un lado aquellos cambios que en ciertas instituciones vienen derivados por un tipo de cambio en la sociedad que hace que una determinada institución ya no cumpla del todo el ser de aquel tipo de cosas externas "que nos solucionan muchos problemas y que ayudan a organizar la vida" (que ens solucionen molts problemes i que ajuden a organitzar la vida) (UOC, Módulo 3 La sociedad II, pàg. 11). Puede ser que incluso hoy nos la complique extremadamente. Nos estamos refiriendo a la Familia7, la Patria8 o al Nacionalismo (en cuanto que Comunidad Étnica9, no en cuanto que Nación y su demos), instituciones todas ellas que -por suerte en nuestras sociedades modernas- ya no nos hacen falta de forma tan peremptòria para protegernos de los avatares de la vida. Las fuerzas que están modificando estas instituciones son de alguna manera reactivas al poder institucional. Estos cambios buscan disfrutar de una libertad personal que, como toda libertad, traerá a su lado un cierto grado de indeterminació, un cierto grado de riesgo, pero que desarrollará sus potencias desde la autonomía y no desde la heteronomia.

Sennett, sin embargo, habla de otro tipo de cambio, aquel que viene impuesto desde las instancias del poder. Antes de avanzar en el análisis de estos cambios conviene, para evitar malentendidos, hacer aflorar la contradicción que, dentro de los conceptos de libertad y seguridad, se esconde en el momento de hablar de los cambios institucionales. Hipótesis: el incremento de seguridad de los que detentan el poder se convierte siempre en un decremento de la libertad de las personas incluidas en sus instituciones; el incremento de la libertad de los detentores del poder se hace a expensas del decremento de la seguridad de las personas amparadas por sus instituciones. Esta relación inversa -que falazment muchos lo esconden bajo una relación libertad/seguridad abstracta cómo si todo el mundo estuviera afectado por igual- es más obvia y más sustantiva en la medida en que más autoritario y totalitario sea un sistema (social, político o económico), y marca categóricamente el grado de desigualdad dentro de un sistema: una gran diferencia en libertad y seguridad de las clases débiles con respecto de las poderosas, sintomático de los estados -en cuanto que instituciones- débiles (o de las partes débiles de un Estado determinado), alimentará una corruptela, ya sea esta generalizada10, ya esté circunscrita, por ejemplo: a la corrupción del ladrillo.

Esta libertad líquida contenida en los cambios que el capitalismo impaciente quiere imponer en las instituciones para él más significativas (Estado y empresas) no son, precisamente y a los ojos de Sennett, positivos: "Lo que yo sostengo se que esos cambios no han liberado a la gente" (ob. cit. 18). El ataque brutal al Estado como institución protectora de todos sus ciudadanos (bajada de impuestos directos y similares11, olvidando su importancia como herramienta de corresponsabilidad; privatización de servicios básicos, desde las commodities hasta la salud, la dependencia o la enseñanza -el denominado welfare), ataque que Alain Touraine define como fruto de un capitalismo neoliberal ("un periodo de fuerte desarrollo capitalista... nueva etapa de la lucha contra todas las ligaduras [políticos] que unen la economía a la sociedad" (un període de fort desenvolupament capitalista... nova etapa de la lluita contra tots els lligams [polítics] que uneixen l’economia a la societat), Globalització econòmica i fragmentació social, CCCB, 2005, pàg. 10), debilitará gravemente las oportunidades de las clases menos favorecidas. La razón reside en que su red informal de relaciones y contactos que le puedan defender de los golpes de la fortuna (red que no depende de un plan estratégico a largo plazo, ya que este plan sólo puede definirse en relación a una institución sólida que asegure la "gratificación diferida", como por ejemplo una Seguridad Social apoyada por el Estado como institución) se casi inexistente (Sennett, ob. cit. 72,73).

Este ataque -que afecta también a la Sociedad como institución, puesto que "Se trata bien bien de una ruptura de la organización social" (Es tracta ben bé d’una ruptura de l’organització social) (Touraine, ob. cit. 13) porque "Esta ruptura entre la economía y el resto de la vida social representa una amenaza directa para el conjunto de esta vida social" (Aquesta ruptura entre l’economia i la resta de la vida social representa una amenaça directa per al conjunt d’aquesta vida social) (ibid, 14)- es obviado interesadamente, sin embargo, y sin ningún problema ético, cuando afecta12 a los propios capitalistas impacientes.

La empresa, como institución, padecerá cambios de igual o mayor envergadura. Estos serán básicamente tres: la transferencia del poder de la dirección a los accionistas -pero no de la responsabilidad, que desaparece por el camino-; la potenciación de los resultados a corto plazo, basados más en el precio de las acciones que en los dividendos de la empresa (llave del concepto capitalismo impaciente, según el preciso pensamiento de Bennett Harrison); y, finalmente, el impacto de las nuevas tecnologías en la comunicación y en la producción (tanto con respecto a la transmisión de órdenes y de feed-back, como las capacidades de "dorar" el producto, confundiendo las potencias con los hechos). Estos cambios repercutirán de forma negativa en las personas, al hacer su reaparición viejos "traumas sociales y emocionales en una nueva forma institucional [, la correspondiente al] modelo de la nueva economía" (Sennett, ob. cit. 45).

Socialización: procesos asocializantes.

Ya hemos indicado en el primer apartado que quizás la anomia sea algo más que un producto, quizás sea un elemento estructural. Si esta hipótesis fuera válida, estaríamos delante de un proceso desestabilitzador en cuanto que atentaría contra los fundamentos de la sociedad: contra el proceso de socialización.

Si los denominados procesos de socialización tienen como objetivo la integración del individuo en una determinada sociedad (a través de las socializaciones primaria, secundaria y de las resocializaciones, procedimientos siempre integradors en la sociedad), para que se dé un proceso assocializante (aniquilador de las relaciones sociales) hará falta determinar cómo este proceso (en nuestro trabajo, el impuesto por el capitalismo impaciente) no puede funcionar en una sistema que socialize, o, para simplificar el razonamiento, deberemos probar que ninguno de sus requisitos dan pié a caminos válidos para la socialización.

Sabiendo que como tal todas las instituciones son a la vez resultado y herramienta de las socializaciones, no miraremos aquellas cuyo cambio haya sido promovido desde la base y contra el poder. Nos ceñiremos a la empresa como institución, que de ser una de las más poderosas herramientas de inclusión (capitalismo social o renano13) ahora ha pasado a ser -según queremos mostrar- herramienta de exclusión.

Un aspecto fundamental y significativo de este déficit de socialización es la cosificación de nuestras relaciones con el otro (al sustituir las relaciones por transacciones (Sennett, ob. cit. 27) que no aportan contenido y solidez (ibid, 93) a la red ni valoran la experiencia (ibid, 111), o en el mismo orden, cuando vemos a los compañeros de trabajo como extraños a batir (ibid, 50)); un segundo aspecto igualmente importante es la desresponsabilización sobre las funciones o el producto (sin lugar para la autocrítica (ibid, 56), con renuncia a ejercer la autoridad (ibid, 57)), y relacionado con éste, la falta de compromiso y la baja lealtad que genera (opuesto a la antigua máxima del "riesgo moral" -traducible por "hace falta asumir el resultado de las opciones escogidas"-, y que lleva a que empleados, proveedores y clientes rehuyan apoyar a empresas con problemas (ibid, 59), o a no saber definir y asumir las opciones a escoger (ibid, 72) imposibilitando el poder imaginar un relato vital en el trabajo (ibid, 115)); la impaciencia en los resultados (eficacia contra eficiencia, con la frustración que genera en empleados, clientes y usuarios el trabajo mal resuelto (ibid, 94 y 112)); y, finalmente, pero no por ello menos importante, la sensación de carencia de alternativa (cuando los líderes políticos no saben construir alternativas (ibid, 118, 138 y 151)).

Resumiendo, el capitalismo impaciente neoliberal exige para su desarrollo la cosificació del otro, la desresponsabilització sobre el producto, la renuncia a la autoridad, la baja lealtad, el resultado como único fin, su imposición global y la impotencia reguladora de la política. Ninguno de estas exigencias comulgan con la socialización del individuo; más bien al contrario, lo que requieren de él es un individualisme agresivo, amante de las desregulacions y sin ninguna otra ley que la de la selva: la anomia está servida.

Las alternativas.

"...En los países más adelantados se habla ya de un regreso a las políticas industriales, cuya destrucción fue el símbolo mismo del neoliberalisme triunfante. Pero es difícil prever la capacidad real de elección de los gobiernos" (Als països més avançats es parla ja d’un retorn a les polítiques industrials, la destrucció de les quals va ser el símbol mateix del neoliberalisme triomfant. Però és difícil preveure la capacitat real d’elecció dels governs) (Alain Touraine, ob. cit., pàg. 10 y 11)

Lo que no podemos negar, dada la facilidad con que podemos encontrar artículos relacionados con este tema (el impacto social del nuevo capitalismo), es la tremenda importancia que pensadors de todo tipo le otorgan.

Con tres días de diferencia podemos encontrar desde artículos que piden más "sofisticación del sistema financiero [y mayor] flexibilidad organizativa de las propias empresas"14 (un lenguaje que después de la lectura del libro de Sennett ya no nos puede engañar) hasta "El Pew Center descubrió, en primavera [de 2007] que hay una considerable mayoría nacional partidaria de la intervención del gobierno para restaurar la igualdad económica"15. Las soluciones no son utópicas, tal y como Sennett (ob. cit. 153 a 167) o Touraine (ob. cit. 22) nos recuerdan, pero tampoco mecánicas. Los dos, de alguna manera, ponen en el Estado como institución la herramienta política a ser utilizada por los ciudadanos por que procura "la reintegració, la reconstrucción de la sociedad... transforma el trabajo precario en ocupación más estable... [coadyuva a] la la escuela y la familia... [para que puedan resolver] las formas de fracaso personal y colectivo..." (la reintegració, la reconstrucció de la societat... transforma el treball precari en ocupació més estable... [coadjuva a] la l’escola i la família... [per a que puguin resoldre] les formes de fracàs personal i col·lectiu...) (Touraine, ibid, 22) o para levantar el estatus de la función pública (Sennett, ob. cit., 163), recomponer el relato vital (ibid, 157) y, lo que sin duda es lo más difícil de todo, reintroducir la cultura del trabajo bien hecho (ibid, 165).

Si la sociedad y el individuo somos las dos caras de la misma moneda, los dos autores, sociólogos hasta la médula, no nos dicen nada que no sepamos ya: que el futuro nunca esta del todo escrito i que en parte (en buena parte) está en nuestras manos la responsabilidad de edificarlo.

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Bibliografia


Alain Touraine, Globalització econòmica i fragmentació social, CCCB, 2005.

Boltanski i Chiapello, El nuevo espíritu del capitalismo, Akal, 2002.

José Luis Pardo, La regla del juego, Círculo de Lectores – Galaxia Gutenberg, 2005.

Naomi Klein, No Logo, Paidós, 2005.

Richard Sennett, La cultura del nuevo capitalismo, Anagrama, 2006.


Webgrafia


Emilio Ontiveros (El País, 21/12/07, El capital humano, clavo de la prosperidad)

Ignacio Sotelo (El País, 18/12/07, El supermercado de los modelos familiares)

Joaquín Estefanía (El País, 16/12/07, Intervención masiva)

Josep Ramoneda (El País, 18/12/07, La confusión)

Norman Birnbaum (El País, 23/12/07, �De qué van las elecciones norteamericanas?)

Rafael Domínguez Martín (El País, 21/12/07, América Latina y la trampa de desigualdad)

Rafael Sánchez Ferlosio (El País, 23/12/07, Sobre el patriotismo)

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1 No es trivial la opción entre potencia y acto. El filósofo José Luis Pardo dedica una parte nuclear de su libro La regla del juego a distinguir entre potencia y acto. Este filósofo, en la senda marcada por Aristóteles, da primacia al acto en cuanto que "proceso de acabamiento, de perfeccionamiento o de realización (es decir de «progreso a sí mismo» o de «llegar a ser lo que es»)", cosa que sólo será conseguida "en el mejor de los casos" con una dosis importante de afán, puesto que el paso "de la potencia al acto... es interminable" (pàg. 176). Unas páginas más adelante nos recuerda que si nos mantenemos en el reino de las potencias, de lo posible, nos hará falta un extraordinario esfuerzo para no caer en la falacia de las posibilidades infinitas -infinitas en cuanto que olvidan "lo que ya ha sucedido a la hora de postular lo que podría suceder" (ibid, 221), olvidando por el camino el valor de la experiencia obtenida y contenida en el propio acto, en el propio hecho-, tan extraordinario tendría que ser el esfuerzo invertido que es imposible evitar la trampa. El acto, el hecho, el producto se rige por la ley del esfuerzo, la perseverança, el error y lo real (siempre aproximado, nunca del todo conseguido, ibid, 219) y remite a la "rigidez de lo sucedido", a su "irreversibilidad" (ibid, 223), con todo lo que tiene de carga de responsabilidad con respecto a la propia actuación. La potencia vive el mundo de lo infinitamente elástico, infinitamente posible, la realización de la cual sólo acontece en un futuro continuamente -infinitamente- postergado y por esto radicalmente inverosímil (ibid, 220). No hace falta, así pues, remitirnos a una ética protestante del esfuerzo o a una moral que se base en la postergación razonable del beneficio. Un análisis racional ya nos muestra la trampa de dar primacia a la potencia sobre el acto.

2 "«Nuestro plan estratégico en América del Norte consiste en dedicarnos con intensidad a la gestión de la marca, al marketing... [y] transferir una porción significativa de nuestras actividades de producción... a contratistas del resto del mundo... Estas medidas son esenciales si queremos seguir siendo competitivos. » John Ermatinger, presidente de la división Levi Strauss Americas, al explicar la decisión de la empresa de cerrar veintidós fábricas y despedir a 13 mil trabajadores norteamericanos entre noviembre de 1997 y febrero de 1999" (Naomi Klein, No Logo, Paidós, 2005, pàg. 237).

3 (Auto cita) ". La gravedad del que hoy acontece radica en que la anomia ha dejado de ser un mero producto de una determinada cultura social y económica, como lo fue a inicios y medios del siglo pasado, para pasar a ser la estrategia básica de una derivació de esta cultura (la cultura del denominado capitalismo impaciente, en palabras de Richard Sennett: desregulación es su leitmotiv, su concepto insignia) y que la utiliza para su violenta imposición urbi te orbi. Ya no es que si actuamos de una determinada manera caeremos en la anomia, es que si no nos convertimos voluntariamente en anómicos, seremos excluidos de la sociedad capitalista, de toda ella." (“. La gravetat del que avui esdevé rau en que la anòmia ha deixat de ser un mer producte d’una determinada cultura social i econòmica, com ho va ser a inicis i mitjans del segle passat, per a passar a ser l’estratègia bàsica d’una derivació d’aquesta cultura (la cultura de l’anomenat capitalisme impacient, en paraules de Richard Sennett: desregulació és el seu leitmotiv, el seu concepte insígnia) i que la utilitza per a la seva violenta imposició urbi et orbi. Ja no és que si actuem d’una determinada manera caurem en la anòmia, és que si no ens convertim voluntàriament en anòmics, serem exclosos de la societat capitalista, de tota ella.”) (Área de Debate, Sociologia)

4 La abstracción de las situaciones reales de los entornos de las personas sometidas a las pruebas que miden su potencia hará que estas acontezcan tan sólo pruebas de fuerza bruta, y que sólo cuando "la situación [en que se desarrolla la prueba] se encuentre sometida a las constricciones de la justificación y los protagonistas juzguen que estas constricciones son realmente respetadas, esta prueba de fuerza será considerada legítima” (Boltanski i Chiapello, El nuevo espíritu del capitalismo, Akal, 2002). Lo cual quiere decir que una prueba sólo obtendrá legitimidad en un entorno donde la autonomía y la igualdad de oportunidades de los participantes esté garantizada.

5 "la erosión del capitalismo social ha creado una nueva formulación de la desigualdad... La antigua estructura institucional ha quedado definitivamente disuelta en el marco especial de las organizaciones flexibles" (Sennett, ob. cit., pàg. 73)

6 "Con la contratación de consultores... pueden desplazar a otros su responsabilidad de decisiones dolorosas. La unidad central manda, pero elude rendir cuentas." (ibid, 53)

7 Con respecto a los cambios que la Familia como institución está padeciendo, y en el orden de su liquació, Ignacio Sotelo (ver Webgrafia) dice: "La familia tradicional era una institución permanente: se nace y se muere dentro de ella, sin que la voluntad libre juegue el menor papel; en cambio, el carácter más llamativo de la familia nuclear moderna es que, creación de la libertad, es perecedera. La familia caduca a lo más tardar cuando los hijos se independizan al llegar a la mayoría de edad, formando una nueva familia, o cuando se disuelve por la misma decisión libre que la fundó."

8 Según Sánchez Ferlosio (ver Webgrafia), en las actualmente complejas sociedades modernas, esta institución nos complica especialmente la vida. Del patriotismo -de su carencia-, y del compañerismo a él asociada, dice: "La renacida acusación de antipatriotismo recuerda los estigmas propios de la religión obligatoria. Se pertenece a una patria como a un credo. Pero la unidad sin amistad convierte a las personas en cosas".

9 Josep Ramoneda (ver Webgrafia) nos advierte de la trampa ideológica que radica en la confusión entre Nación y Nacionalismo: "La tendencia del nacionalismo conservador a identificarse con la nación, como si fuera una misma cosa... [es] una confusión alimentada por el nacionalismo ideológico... [y en] la medida en que todo nacionalismo es una ideología de combate que se define frente a otro nacionalismo, la ecuación nación igual a nacionalista es tan eficaz como reduccionista".

10 Rafael Domínguez Martín (ver Webgrafia) hace una más que interesante aproximación a las razones de la corruptela en América Latina: "Esta trampa describe de manera muy precisa la realidad de Latinoamérica, donde la desigualdad alimenta la corrupción a través de la destrucción masiva de la confianza interpersonal y en las instituciones. La región es mucho más corrupta de lo que cabría esperar de su nivel medio de PIB per cápita, porque es la más desigual. Existe entre la opinión pública una amplia constatación de la extensión y persistencia del fenómeno de la corrupción, que echa sus raíces en la desigualdad de influencia y de riqueza, como muestra sistemáticamente el Latinobarómetro"

11 Es simptomàtic lo que Gerardo Díaz Ferran, Presidente de la CEOE, pide por el próximo 2008: "La patronal exige al Gobierno que reduzca las cargas fiscales y sociales”, “Reducción de las cargas fiscales para las empresas que favorezcan el crecimiento y el empleo” y“reducción de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, al desempleo y al Fondo de Garantía Salarial" (El País, 11/12/07).

12 "¡Intervención, intervención!, piden los partidarios de la libertad económica mientras los beneficios suben, ante las consecuencias cada vez más despiadadas de la crisis financiera derivada de las hipotecas locas.", dice irònicament Joaquín Estefanía (ver Webgrafia) en referencia a las intervenciones no rechazadas de los Bancos Centrales.

13 Tanto Touraine (ob. cit. 9 y 10, al hablar del capitalismo europeo de los años 45 a 70) cómo Sennett (ob. cit. 29 a 37, al hablar de la burocracia piramidal que el capitalismo social hereda de la burocracia militar) demuestran la gran capacidad de inclusión que este capitalismo tenía.

14 Emilio Ontiveros (ver Webgrafia).

15 Norman Birnbaum (ver Webgrafia).


Rafael Granero Chulbi PAC 4 sociologia

La nova estratègia.

...lo que, en el mejor de los casos, es un trabajo de imaginación [la capacidad potencial como nuevo indicador de una meritocracia natural de la cultura del capitalismo impaciente, por contraposición a la meritocracia basada en el producto realizado, propia de una cultura de la artesanía],... en el peor, esta exploración de talento corta la referencia a la experiencia y los lazos que unen a las circunstancias, renuncia a las impresiones sensoriales, separa análisis de creencia, ignora el poder de cohesión del compromiso emocional y castiga la profundización, todo lo cual lleva a vivir en un proceso, que el filósofo Zygmunt Barman llama de ‘modernidad líquida’, exactamente la condición social del trabajo en los sectores punteros” (Richard Sennett, La cultura del nuevo capitalismo, Anagrama, 2006, pàg. 107)

En aquesta cita podem trobar bona part dels conceptes la comprensió dels quals per a Sennett és capdal per arribar a entendre, criticar i finalment poder disposar d’eines teòriques per poder-se enfrontar al capitalisme impacient.

El primer d’aquests conceptes és que la suma de tots ells representa més un canvi d’estratègia que no només una mera política tàctica: el pas del capitalisme social al capitalisme impacient –pas que es veu en tota la seva punyent claredat en “los sectores punteros”– només es pot fer en la mida que s’interioritzen uns canvis socials i culturals. Canvis que, seguint a Sennett, podríem concretar en:

1) Primacia de la potència sobre l’acte1. El capitalisme impacient valora més la possibilitat que el fet (Sennett associa allò fet a l’esforç inherent a l’artesania, esforç que ara es veu discriminat, ja que avui es “castiga la profundización”): tant en el treball com en el consum. El valor d’ús del producte (allò que sé fer bé i allò que utilitzaré) queda esmorteït davant la “venda” de possibilitats (allò que podria fer o utilitzar). La tecnologia ajudarà a esborronar els perfils dels productes: és el “daurat” que amaga la realitat. És, finalment, el poder de la marca per sobre del poder del producte2.

2) Assumpció de l’anòmia social com alternativa a l’autonomia social. Aquest és, molt possiblement, el canvi més gran –“ ignora el poder de cohesión del compromiso emocional”– inclòs en la nova estratègia, i a qui la resta de conceptes, més que interrelacionats –que ho estan–, sembla que estiguin subordinats: no és només que provoquin anòmia, sinó que els hi cal l’existència d’aquesta per reeixir3.

3) Imposició de la discriminació que una suposada objectivitat executa (especialment en els processos de selecció4 –i en el tractament actual de la meritocràcia– en els que d’alguna manera investigadors i directors de recursos humans neguen la realitat de l’existència de diferents relats vitals, diferents cultures...) al no tenir en compte l’entorn social, la cultura subjacent i la història de l’individu (allò que ha fet, punt relacionat amb el punt 1)): “esta exploración de talento corta la referencia a la experiencia y los lazos que unen a las circunstancias”.

4) La destrucció controlada (liquidació en procés: tan gran arriba a ser el canvi5) de certes institucions, especialment les basades en la burocràcia piramidal (especialment del capitalisme social o renà, i de la seva substància: el capital social), que imitava a la burocràcia de l’exèrcit, i que existia en les empreses i en els estats. Una gàbia de ferro que alhora tancava i protegia, forçava i incloïa.

5) La separació entre poder i autoritat. Mentre que la burocràcia piramidal en el seu vèrtex tenia poder (manava) i autoritat (era reconegut), el poder de les burocràcies MP3 (molt més concentrar en un punt central, sovint aliè físicament a la resta de centres de treball) es desresponsabilitza dels seus treballadors i de les decisions que pren6, perdent pel camí l’autoritat i la lleialtat d’ella derivada: “pues el poder se ha separado de la autoridad” (Sennett, ob. cit. 154).

i 6) La desaparició de la interpretació mediata (meditada, no mecànica) de la realitat –molt relacionada amb el punt 5)–, tant en sentit de l’experiència que viatjava des dels obrers/classes populars cap als empresaris/polítics com de les ordres i propostes que recorrien el sentit contrari. Els detentors del nou poder, sentint-se posseïdors de tot, renuncien “a las impresiones sensoriales” dels subordinats i “inspiran una débil lealtad... a la vez que generan... elevados niveles de ansiedad ante la inutilidad” (Sennett, ob. cit. 155).

Institucions: líquida liquidació.

Pel que fa a aquest treball, hem de deixar de banda aquells canvis que en certes institucions venen derivats de un tipus de canvi en la societat que fa que una determinada institució ja no acompleix del tot ser d’aquella mena de coses externes “que ens solucionen molts problemes i que ajuden a organitzar la vida” (UOC, Mòdul 3 La societat II, pàg. 11). Pot ser que fins i tot a hores d’ara ens la compliqui extremadament. Ens estem referint a la Família7, la Pàtria8 o al Nacionalisme (en tant que Comunitat Ètnica9, no en tant que Nació i el seu demos), institucions totes elles que –per sort en les nostres societats modernes– ja no ens calen de forma tan peremptòria per protegir-nos dels avatars de la vida. Les forces que estan modificant aquestes institucions són d’alguna manera reactives al poder institucional. Aquest canvis cerquen gaudir d’una llibertat personal que, com tota llibertat, portarà al seu costat un cert grau de indeterminació, un cert grau de risc, però que desenvoluparà les seves potències des de l’autonomia i no des de l’heteronomia.

Sennett, però, parla d’un altre mena de canvi, aquell que ve imposat des de les instàncies del poder. Abans d’avançar en l’anàlisi d’aquestos canvis convé, per evitar malentesos, fer aflorar la contradicció que, dintre dels conceptes de llibertat i seguretat, s’amaga en el moment de parlar dels canvis institucionals. Hipòtesi: l’increment de seguretat dels detentors del poder es converteix sempre en un decrement de la llibertat de les persones incloses en les seves institucions; l’increment de la llibertat dels detentors del poder es fa a costa del decrement de la seguretat de les persones incloses en les seves institucions. Aquesta relació inversa –que fal·laçment molts l’amaguen sota una relació llibertat/seguretat abstracta com si tothom estigués afectat per igual– és més obvia i més substantiva en la mida en que més autoritari i totalitari sigui un sistema (social, polític o econòmic), i marca categòricament el grau de desigualtat dintre d’un sistema: una gran diferència en llibertat i seguretat de les classes febles amb les poderoses, simptomàtic dels estats –en tant que institucions–dèbils (o de les parts febles d’un Estat determinat), alimentarà una corruptela, ja sigui aquesta generalitzada10, ja estigui circumscrita, per exemple: a la corrupció del maó.

Aquesta llibertat líquida continguda en els canvis que el capitalisme impacient vol imposar en les institucions per a ell més significatives (Estat i empreses) no són, precisament i als ulls de Sennett, positius: “Lo que yo sostengo es que esos cambios no han liberado a la gente” (ob. cit. 18). L’atac brutal a l’Estat com institució protectora de tots els seus ciutadans (baixada d’impostos directes i similars11, oblidant la seva importància com eina de corresponsabilitat; privatització de serveis bàsics, des de les commodities fins la salut, la dependència o l’ensenyament –l’anomenat welfare), atac que Alain Touraine defineix com fruit d’un capitalisme neoliberal (“un període de fort desenvolupament capitalista... nova etapa de la lluita contra tots els lligams [polítics] que uneixen l’economia a la societat”, Globalització econòmica i fragmentació social, CCCB, 2005, pàg. 10), afeblirà greument les oportunitats de les classes menys afavorides. La raó resideix en que la seva xarxa informal de relacions i contactes que li puguin defendre dels cops de la fortuna (xarxa que no depèn d’un pla estratègic a llarg termini, pla que només pot definir-se en relació a una institució sòlida que asseguri la “gratificación diferida”, com ara una Seguretat Social recolzada per l’Estat com institució) es gairebé inexistent (Sennett, ob. cit. 72,73).

Aquest atac –que afecta també a la Societat com institució, ja que “Es tracta ben bé d’una ruptura de l’organització social” (Touraine, ob. cit. 13) perquè “Aquesta ruptura entre l’economia i la resta de la vida social representa una amenaça directa per al conjunt d’aquesta vida social” (ibid, 14)– és obviat interessadament, però, i sense cap problema ètic, quan afecta12 als propis capitalistes impacients.

L’empresa, com institució, patirà canvis d’igual o major envergadura. Aquestos seran bàsicament tres: la transferència del poder de la direcció als accionistes –però no de la responsabilitat, que desapareix pel camí–; la potenciació dels resultats a curt termini, basats més en el preu de les accions que en els dividends de l’empresa (clau del concepte capitalisme impacient, segons el precís pensament de Bennett Harrison); i, finalment, l’impacte de les noves tecnologies en la comunicació i en la producció (tant pel que fa a la transmissió d’ordres i de feed-back, com a les capacitats de “daurar” el producte, confonent les potencies amb els fets). Aquests canvis repercutiran de forma negativa en les persones, al fer reeixir vells “traumas sociales y emocionales en una nueva forma institucional [, la correspondiente al] modelo de la nueva economía” (Sennett, ob. cit. 45).

Socialització: processos associalitzants.

Ja hem indicat en el primer apartat que potser l’anòmia sigui quelcom més que un producte, potser sigui un element estructural. Si aquesta hipòtesi fos vàlida, estaríem davant d’un procés desestabilitzador en tant que atemptaria contra els fonaments de la societat: contra el processos de socialització.

Si els anomenats processos de socialització tenen com objectiu la integració de l’individu en una determinada societat (a través de les socialitzacions primària, secundària i de les resocialitzacions, procediments sempre integradors en la societat), perquè es doni un procés associalitzant (anihilador de les relacions socials) caldrà determinar com aquest procés (en el nostre treball, l’imposat pel capitalisme impacient) no pot funcionar en una sistema que socialitzi, o, per simplificar el raonament, cap dels seus requisits enceten camins vàlids per a la socialització.

Tot i sabent que com tal totes les institucions són alhora resultat i eina de les socialitzacions, no mirarem aquelles el canvi de les quals hagi estat promogut des de la base i contra el poder. Ens cenyirem a l’empresa com institució, que de ser una de les més poderoses eines d’inclusió (capitalisme social o renà13) ara ha passat a ser –segons volem mostrar– eina d’exclusió.

Un aspecte fonamental i significatiu d’aquest dèficit de socialització és la cosificació de les nostres relacions amb l’altre (al substituir les relacions per transaccions (Sennett, ob. cit. 27) que no aporten contingut i solidesa (ibid, 93) a la xarxa ni valoren l’experiència (ibid, 111), o en el mateix ordre, quan veiem als companys de feina com estranys a batre (ibid, 50)); un segon aspecte igualment important és la desresponsabilització sobre les funcions o el producte (sense lloc per a la autocrítica (ibid, 56), amb renúncia a exercir l’autoritat (ibid, 57)), i relacionat amb aquest, la falta de compromís i la baixa lleialtat que genera (oposat a l’antiga màxima del “risc moral” –traduïble per “cal assumir el resultat de les opcions escollides”–, i que porta a que empleats, proveïdors i clients defugin recolzar a empreses amb problemes (ibid, 59), o a no saber definir i assumir les opcions a escollir (ibid, 72) impossibilitant el poder imaginar un relat vital en el treball (ibid, 115)); la impaciència en els resultats (eficàcia contra eficiència, amb la frustració que genera en empleats, clients i usuaris la feina mal resolta (ibid, 94 i 112)); i, finalment, però no menys important, la sensació de manca d’alternativa (quan els líders polítics no saben construir alternatives (ibid, 118, 138 i 151)).

Resumint, el capitalisme impacient neoliberal exigeix per al seu desenvolupament la cosificació de l’altre, la desresponsabilització sobre el producte, la renúncia a l’autoritat, la baixa lleialtat, el resultat com únic fi, la seva imposició global i la impotència reguladora de la política. Cap d’aquestes exigències combreguen amb la socialització de l’individu; ans al contrari, el que requereixen d’ell és un individualisme agressiu, amant de les desregulacions i sense cap altre llei que la de la selva: l’anòmia està servida.

Les alternatives.

...Als països més avançats es parla ja d’un retorn a les polítiques industrials, la destrucció de les quals va ser el símbol mateix del neoliberalisme triomfant. Però és difícil preveure la capacitat real d’elecció dels governs (Alain Touraine, ob. cit., pàg. 10 i 11)

El que no podem negar, donada la facilitat amb que podem trobar articles relacionats amb aquest tema (l’impacte social del nou capitalisme), és la tremenda importància que pensadors de tot tipus l’atorguen.

Amb tres dies de diferència podem trobar de d’articles que demanen més “sofisticación del sistema financiero [y mayor] flexibilidad organizativa de las propias empresas14 (un llenguatge que després de la lectura del llibre de Sennett ja no ens pot enganyar) fins a “El Pew Center descubrió, en primavera [de 2007] que hay una considerable mayoría nacional partidaria de la intervención del gobierno para restaurar la igualdad económica15. Les solucions no són utòpiques, tal i com Sennett (ob. cit. 153 a 167) o Touraine (ob. cit. 22) ens recorden, però tampoc mecàniques. Tots dos, d’alguna manera, posen en l’Estat com institució l’eina política a ser utilitzada pels ciutadans per que procura “la reintegració, la reconstrucció de la societat... transforma el treball precari en ocupació més estable... [coadjuva a] la l’escola i la família... [per a que puguin resoldre] les formes de fracàs personal i col·lectiu...” (Touraine, ibid, 22) o per aixecar l’estatus de la funció pública (Sennett, ob. cit., 163), recompondre el relat vital (ibid, 157) i, el que sens dubte és el més difícil de tots tres, reintroduir la cultura del treball ben fet (ibid, 165).

Si la societat i l’individu som les dos cares de la mateixa moneda, tots dos autors, sociòlegs fins el moll de l’os, no ens diuen res que no sabem ja: que el futur mai esta escrit del tot i que en part (en bona part) està en les nostre mans la responsabilitat de aixecar-lo.

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Bibliografia


Alain Touraine, Globalització econòmica i fragmentació social, CCCB, 2005.

Boltanski i Chiapello, El nuevo espíritu del capitalismo, Akal, 2002.

José Luis Pardo, La regla del juego, Círculo de Lectores – Galaxia Gutenberg, 2005.

Naomi Klein, No Logo, Paidós, 2005.

Richard Sennett, La cultura del nuevo capitalismo, Anagrama, 2006.


Webgrafia


Emilio Ontiveros (El País, 21/12/07, El capital humano, clave de la prosperidad)

Ignacio Sotelo (El País, 18/12/07, El supermercado de los modelos familiares)

Joaquín Estefanía (El País, 16/12/07, Intervención masiva)

Josep Ramoneda (El País, 18/12/07, La confusión)

Norman Birnbaum (El País, 23/12/07, ¿De qué van las elecciones norteamericanas?)

Rafael Domínguez Martín (El País, 21/12/07, América Latina y la trampa de desigualdad)

Rafael Sánchez Ferlosio (El País, 23/12/07, Sobre el patriotismo)

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1 No és trivial l’opció entre potència i acte. El filòsof José Luis Pardo dedica una part nuclear del seu llibre La regla del juego a distingir entre potència i acte. Aquest filòsof, en la senda marcada per Aristòtil, dóna primacia a l’acte en tant que “proceso de acabamiento, de perfeccionamiento o de realización (es decir de «progreso a sí mismo» o de «llegar a ser lo que es»)”, cosa que només serà aconseguida “en el mejor de los casos” amb una dosi important d’afany, ja que el pas “de la potencia al acto... es interminable” (pàg. 176). Unes pàgines més endavant ens recorda que si ens mantenim en el regne de les potències, de lo possible, ens caldrà un extraordinari esforç per a no caure en la fal·làcia de les possibilitats infinites –infinites en tant que obliden “lo que ya ha sucedido a la hora de postular lo que podría suceder” (ibid, 221), oblidant pel camí el valor de l’experiència obtinguda i continguda en el propi acte, en el propi fet–, tant extraordinari hauria de ser l’esforç esmerçat que és impossible evitar la trampa. L’acte, el fet, el producte es regeix per la llei de l’esforç, la perseverança, l’error i lo real (sempre aproximat, mai del tot aconseguit, ibid, 219) i remet a la “rigidez de lo sucedido”, a la seva “irreversibilidad” (ibid, 223), amb tot el que té de càrrega de responsabilitat vers la pròpia actuació. La potència viu el món de lo infinitament elàstic, infinitament possible, la realització de la qual només esdevé en un futur contínuament –infinitament– postergat i per això radicalment inversemblant (ibid, 220). No cal, així doncs, remetre’ns a una ètica protestant de l’esforç o a una moral que es basi en la postergació raonable del benefici. Un anàlisi racional ja ens mostra el parany de donar primacia a la potència sobre l’acte.

2«Nuestro plan estratégico en América del Norte consiste en dedicarnos con intensidad a la gestión de la marca, al marketing... [y] transferir una porción significativa de nuestras actividades de producción... a contratistas del resto del mundo... Estas medidas son esenciales si queremos seguir siendo competitivos. » John Ermatinger, presidente de la división Levi Strauss Americas, al explicar la decisión de la empresa de cerrar veintidós fábricas y despedir a 13 mil trabajadores norteamericanos entre noviembre de 1997 y febrero de 1999” (Naomi Klein, No Logo, Paidós, 2005, pàg. 237).

3 (Auto cita) “. La gravetat del que avui esdevé rau en que la anòmia ha deixat de ser un mer producte d’una determinada cultura social i econòmica, com ho va ser a inicis i mitjans del segle passat, per a passar a ser l’estratègia bàsica d’una derivació d’aquesta cultura (la cultura de l’anomenat capitalisme impacient, en paraules de Richard Sennett: desregulació és el seu leitmotiv, el seu concepte insígnia) i que la utilitza per a la seva violenta imposició urbi et orbi. Ja no és que si actuem d’una determinada manera caurem en la anòmia, és que si no ens convertim voluntàriament en anòmics, serem exclosos de la societat capitalista, de tota ella.” (Àrea de Debat, Sociologia)

4 La abstracció de les situacions reals dels entorns de les persones sotmeses a les proves que mesuren la seva potència farà que aquestes esdevinguin tan sols proves de força bruta, i que només quan “la situación [en que se desarrolla la prueba] se encuentre sometida a las constricciones de la justificación y los protagonistas juzguen que estas constricciones son realmente respetadas, esta prueba de fuerza será considerada legítima” (Boltanski i Chiapello, El nuevo espíritu del capitalismo, Akal, 2002). La qual cosa vol dir que una prova només obtindrà legitimitat en un entorn on l’autonomia i la igualtat d’oportunitats dels participants estigui garantida.

5la erosión del capitalismo social ha creado una nueva formulación de la desigualdad... La antigua estructura institucional ha quedado definitivamente disuelta en el marco especial de las organizaciones flexibles” (Sennett, ob. cit., pàg. 73)

6Con la contratación de consultores... pueden desplazar a otros su responsabilidad de decisiones dolorosas. La unidad central manda, pero elude rendir cuentas.” (ibid, 53)

7 Pel que fa als canvis que la Família com institució està patint, i en l’ordre de la seva liquació, Ignacio Sotelo (ver Webgrafia) diu: “La familia tradicional era una institución permanente: se nace y se muere dentro de ella, sin que la voluntad libre juegue el menor papel; en cambio, el carácter más llamativo de la familia nuclear moderna es que, creación de la libertad, es perecedera. La familia caduca a lo más tardar cuando los hijos se independizan al llegar a la mayoría de edad, formando una nueva familia, o cuando se disuelve por la misma decisión libre que la fundó.

8 Segons Sánchez Ferlosio (ver Webgrafia), en les actualment complexes societats modernes, aquesta institució ens complica especialment la vida. Del patriotisme –de la seva mancança–, i de la companyonia a ell associada, diu: "La renacida acusación de antipatriotismo recuerda los estigmas propios de la religión obligatoria. Se pertenece a una patria como a un credo. Pero la unidad sin amistad convierte a las personas en cosas".

9 Josep Ramoneda (ver Webgrafia) ens adverteix de la trampa ideològica que rau en la confusió entre Nació i Nacionalisme: “La tendencia del nacionalismo conservador a identificarse con la nación, como si fuera una misma cosa... [es] una confusión alimentada por el nacionalismo ideológico... [y en] la medida en que todo nacionalismo es una ideología de combate que se define frente a otro nacionalismo, la ecuación nación igual a nacionalista es tan eficaz como reduccionista”.

10 Rafael Domínguez Martín (ver Webgrafia) fa una més que interessant aproximació a les raons de la corruptela en Amèrica Llatina: “Esta trampa describe de manera muy precisa la realidad de Latinoamérica, donde la desigualdad alimenta la corrupción a través de la destrucción masiva de la confianza interpersonal y en las instituciones. La región es mucho más corrupta de lo que cabría esperar de su nivel medio de PIB per cápita, porque es la más desigual. Existe entre la opinión pública una amplia constatación de la extensión y persistencia del fenómeno de la corrupción, que echa sus raíces en la desigualdad de influencia y de riqueza, como muestra sistemáticamente el Latinobarómetro

11 És simptomàtic el que Gerardo Díaz Ferran, President de la CEOE, demana pel proper 2008: “La patronal exige al Gobierno que reduzca las cargas fiscales y sociales”, “Reducción de las cargas fiscales para las empresas que favorezcan el crecimiento y el empleo” i “reducción de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, al desempleo y al Fondo de Garantía Salarial” (El País, 11/12/07).

12 “¡Intervención, intervención!, piden los partidarios de la libertad económica mientras los beneficios suben, ante las consecuencias cada vez más despiadadas de la crisis financiera derivada de las hipotecas locas.”, diu irònicament Joaquín Estefanía (ver Webgrafia) en referència a les intervencions no rebutjades dels Bancs Centrals.

13 Tant Touraine (ob. cit. 9 i 10, al parlar del capitalisme europeu dels anys 45 a 70) com Sennett (ob. cit. 29 a 37, al parlar de la burocràcia piramidal que el capitalisme social hereta de la burocràcia militar) demostren la gran capacitat d’inclusió que aquest capitalisme tenia.

14 Emilio Ontiveros (ver Webgrafia).

15 Norman Birnbaum (ver Webgrafia).

Rafael Granero Chulbi PAC 3 sociologia

(traduït del català al castellà mitjançant els serveis de http://www.opentrad.com/ –Serveis de traducció entre llengües oficials espanyoles–. L'autor agraeix a la Universitat Politècnica de Catalunya, la Universidad del País Vasco, la Universitat de Alacant, la Universidad de Vigo, la Fundación Elhuyar y les empreses Eleka Ingenieritza Linguistikoak e Imaxin Software l'esforç esmerçat en aquest projecte. Més informació en la pròpia web i en:

http://www.elpais.com/articulo/cataluna/Arranca/primer/traductor/automatico/gratuito/lenguas/oficiales/Espana/elpepiautcat/20060531elpcat_14/Tes/)

Alienación, anomia y desencanto.

"Afirmar incluso que la izquierda ha pecado de entenderlo todo en clave sociológica no deja de ser una forma suave y elegante de dar a entender su incapacidad para quitarse de encima la herencia idealista y humanista" (Pere Saborit, Política de la alegría (o los valores de la izquierda), Pre-textos, 2002, pàgina 101)

Esta contundente afirmación, que haría falta contextualitzar dentro de la complejidad del discurso del libro (y del propio autor) para evitar entenderla como meramente anti-humanista, nos puede servir para encontrar que tienen de común y que tienen de diferente no ya los propios conceptos de anomia, alienación y desencanto -que son diferentes, como veremos-, sino las hipótesis que los pensadores dan por supuestas y que hace falta conocer para poder aplicar correctamente su pensamiento a nuestros tiempos.

Marx entiende la alienación del trabajador en el mundo de la industria capitalista como un producto real pero evitable de la Modernidad. Y aplicando un optimismo plenamente moderno y humanista, cree que con el esfuerzo del análisis racional -aquel que le permite elaborar el materialismo dialéctico- el ser humano podrá adelantar hacia un mundo sin alienación. Feuerbach ya le reprochó que olvidara que todo trabajo es alienante por naturaleza (por antropologia, podríamos decir), pues en todo trabajo siempre el ser humano deviene -hace de él mismo- herramienta (imprescindible -directa o indirectamente-, pero herramienta) del producto obtenido; incluso -y puede ser que aquí aparezca en grado máximo- hay alienación en las artes escénicas o interpretativas. Marx habla de la alienación en cuanto que apropiación, usurpación del excedente: explotación. Si fuera este el caso, nos podríamos plantear este experimento mental: un salario que fuera el resultado de dividir la acreditación de toda la producción de un país entre todos sus habitantes (ciudadanos o no, nacionales o no) tendría que eliminar toda la alienación, pero en cambio podríamos hablar de que la alienación, según el concepto marxiano, sería máxima, pues la relación entre trabajador, trabajo, producto y apropiació del excedente desaparecería completamente (y esto sin hablar de la gestión burocrática que haría falta...). Además, olvidar las limitaciones y condicionantes físicos y psíquicos y pensar en una humanidad básicamente moral y ética le hace caer en la trampa indicada por Pere Saborit.

La tipología de la hipótesis de Marx (con un optimismo que, más allá de la realidad que vive, se basa en una todavía moderna confianza en la razón ilustrada) se parece a la que guía, ni que sea de forma elidida, a Durkheim (pero no a Weber ).

Y podemos presentar la hipótesis de Durkheim como optimista en cuanto que el peligro de la pérdida de nomos, provocada por el progreso de la industrialització, es entendido por este pensador como un resultado de alguna manera mecánico (y de base más cuantitativa que cualitativa). El anomia, plantea Durkheim y sus seguidores, tiene dos bases: la que deriva de un capitalismo que para mantenerse tiene que crecer (hinchando las necesidades) "rompiendo toda armonía"(trencant tota harmonia) entre fines y medios (UOC, 32) y la que resulta (en nuestros tiempos) de una "modernidad líquida" (según expresión de Bauman , y que Sennet1 considera acertada) interesada en cambiar los valores de colaboración por competitividad (incluso entre compañeros de trabajo). Las dos crean una falsa autonomía que tan sólo esconde un riesgo -y una ansiedad derivada: Sennet, 2006, 49 y 57; UOC, 32- que deshace aquellos "vínculos y regulaciones sociales tradicionales" (vincles i regulacions socials tradicionals) favoreciendo una "anomia creciente" (anòmia creixent) (UOC, 32, 33). El hombre corriente aparece aquí -al igual que con Marx- cómo sujeto pasivo: padece el anomia y la alienación. Y la solución, que parece venir de "potenciar la solidaridad orgánica" (potenciar la solidaritat orgànica) -con Marx tendremos el equivalente de "conciencia de clase trabajadora"-, sin valorar bastante lo que aquellos "vínculos y regulaciones sociales tradicionales" (vincles i regulacions socials tradicionals) tenían más de heteronomia que de autonomía, se vuelve ciertamente mecánica (racionalización de la producción y del mercado: más leyes que ejercerán una presión -"coerción moral"- sobre las personas, lo que traerá antes heteronomia que autonomía -alejándose de la libertad kantiana-, con el que sólo conseguirán, de hecho, esconder la anomia y no convertirla en una real y kantiana autonomía) y no tendrá bastante en cuenta que la racionalitat de las soluciones chocará con la irracionalidad del hombre. El optimismo, mucho más escondido en Durkheim que en Marx (optimismo que Sennet no acaba de compartir con su "Tal vez..." final (2006, 167)) aparece alternando con una visión lúcida como un "sonido que a veces desafina" (so que de vegades grinyola) (UOC, 36).

Weber será de los tres el más lúcido y escéptico, en cuanto que entenderá la racionalidad (aquella misma que era fuente de los males y herramienta de solución en Marx y Durkheim) como la necesaria (y desencantadora) condición de posibilidad de la era moderna (UOC, 40) y a la vez nos advertirá que decir que ciertos hechos son racionales "no implica que los consideramos como buenos [ni] tampoco como malos" (no implica que els considerem com a bons [ni] tampoc com a dolents) (UOC, 38). En este sentido no se atreverá a extraer un teoría salvadora de su profundo y acertado análisis del impacto de la racionalització en todas las áreas sociales, y tan sólo se permitirá advertirnos de todas las trampas (desencantóndonos a la vez) que una racionalización nos irá preparando: la ya explicada pragmàtica, el posible relativisme no reductible a negociaciones, la instrumental (por oposición a aquella que tenga en cuenta una determinada axiologia); y como resultado de todo ello, un futuro seguramente más eficaz, quizás más eficiente, pero más frío sin ninguna duda, donde lo otro de la razón (los sentimientos y las emociones) pueden quedar subjugados a la gestión impersonal de la sociedad (UOC, 38 y 39).

Pero Weber, aunque no plantee con la claridad conceptual de Marx y Durkheim como hacer qué, si que nos recuerda que la historia no acaba con la racionalización, que no estamos ante el estadio final de la humanidad, y retomando a Saborit, podemos decir que gracias a que el análisis de los tres pensadors nos pone delante de hechos incontestables (la explotación que exacerba la alienación, la anomia del consumismo y el ineludible desencanto), tenemos un margen de actuación:

"Hay que eliminar todo aquello que coarta la libertad humana,... pero siendo a la vez plenamente conscientes de que ello no supone que nos liberemos de nuestras limitaciones internas. Y viceversa. De hecho, la formulación inversa sugiere mejor el componente de reto y apuesta: ser conscientes de las limitaciones de lo humano no ha de impedir en ningún caso luchar contra cualquier forma de opresión" (Pere Saborit, Política de la alegría (o los valoras de la izquierda), Pre-textos, 2002, página 102, la negreta es mía)


La abstención

Para poder acercarnos a la realidad de los ejemplos a analizar (baja participación: en las ciudades de Barcelona (49,6%) y Terrassa (44,3%) en las municipales del 2007; en Catalunya (56,7%) en las autonómicas y (49,4%) en el Estatuto), hace falta tener en cuenta el doble análisis que Piaget reclama: el diacrónico y el sincrónico. Debemos intentar la doble contextualització de los ejemplos tanto en su propia historia como en la contemporaneïdad e historia de su entorno (Catalunya, España y Europa ). En los anexos (Gráfico y Alfa-Numérico) podemos encontrar toda la información que nos puede servir por esta doble aproximación.

Con todo, y antes de intentar entender los motivos, tenemos que recordar que no podemos hablar de una abstención, sino de muchas abstenciones (si bien es bastante difícil averiguar, sin un profundo trabajo de campo, la importancia relativa de cada una de ellas) que vendrán determinadas en última instancia no tanto por el motivo que una persona explicite como disparador de su abstención, sino por el tipo de voto que había ejercido (o no voto) 2: es decir, hace falta tener en cuenta al sujeto en cuanto que ser pasivo (reacciona absteniéndose) y en cuanto que ser activo (carga de significado su abstención).

Una pincelada superficial nos permite hablar de varios tipos de razones para votar3:

- voto militante, que generará una abstención que quiere ser un castigo consciente.

- voto útil, que generará una abstención por decepción.

- voto de proximidad, que generará una abstención por des-ubicación.

- voto histórico (que se hace por tradición familiar, social...), que generará una abstención por pérdida de referentes.

- voto des-informado, poco polititzado, que si hace buen tiempo... se abstendrá.

Además se tiene que tener en cuenta (para dar profundidad a la complejidad real) no sólo los aspectos de alguna manera psicológicos e individuales -como los establecidos-, sino los sociológicos como por ejemplo "edad, hábitat, clase social y renta económica, que, al afectar los recursos personales (y, en parte, el grado en que las decisiones políticas afectan el bienestar individual) de cada elector, modifican la probabilidad de que cada elector vote"4.

Un primer vistazo a los datos nos obliga a decir que, aún constatando la importancia de la elevada abstención de los cuatro ejemplos, al matizarla con los factores individuales y sociológicos y relacionarla con los datos de su entorno coetáneo -y mirar las series estadísticas históricas, las suyas y las relacionadas-, es muy difícil encontrar, fuera de una aproximación a grandes trazos, unas causas (podríamos decir) netas: la abstención a las municipales tienen una tendencia a la baja con un perfil similar en España, Catalunya, Barcelona y Terrassa, aunque con un tendencia que va desde una cierta estabilidad (España) a una caída más pronunciada (Terrassa); en los referéndums y en las autonómicas, y más allá de encontrar un tendencia global a la baja, el hecho más importante es la constatación de un fenómeno al que podemos denominar "abstencionismo diferencial catalán" 5, y que nos pudede ayudar a explicar tanto el perfil diferente de las gráficas como la diferencia constante de participación tanto entre autonómicas y generales como entre referéndums de ámbito catalán y español: más y menos abstención respectivamente.

Otros factores más globales, como los aportados por Alain Touraine6, nos hacen pensar que, bajo las diferentes razones psicológicas, se dan dos hechos consubstanciales a la sociedad moderna: la aplicación de una racionalidad del votante ante las decisiones racionales de los que tienen poder en el sistema económico, en la línea de la teoría de Weber, y la reacción del ciudadano ante el anomia social de los centros de decisión económicos, ya predicha por Durkheim.

La conversión del voto en nada más que voto útil o pragmático (mal llamado "voto de centro") es el efecto de una racionalització del voto (en el peor sentido que Weber asigna a lo racional) que, tal y como predice Touraine, desembocará en una abstención por decepción o indiferencia (por lejanía de los centros de decisión, por suponer su inoperancia, por previsibilidad del resultado...). La alternativa a esta decepción puede -pero sólo puede- llegar a luchar con cierta cohesión creando grupos desde el ámbito cultural (movimiento okupa, agrupaciones etnocéntricas, altermundialismo, participación en ONG...), grupos que permiten crear un nuevo conjunto de reglas (la cuestión de hasta qué punto son alternativas o son asimilables -como por ejemplo el movimiento okupa o el multiculturalismo etnocéntrico- es otro tema apasionante) con las que dar sentido a la anomia impuesta por el racionalismo económico capitalista (una mezcla de todas las trampas advertidas por Weber y Durkheim)

Volviendo al punto central del abstencionismo, y tal y como el sindicato comunista italiano CGIL se preguntó a finales de los años 70 ("Compañeros, ¿es revolucionario renunciar a la tasa salarial móvil?"), quizás ahora toca preguntarnos "Ciudadanos, ¿es revolucionario instaurar el voto obligatorio?"

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Anexo Gráfico.

España y Catalunya (Generales, Autonómicas)

http://www.elecciones.mir.es/MIR/jsp/resultados/index.htm

http://www.elecciones.mir.es/MIR/jsp/resultados/index.htm

http://www.idescat.net/territ/BasicTerr?TC=8&V3=823&V4=824&ALLINFO=TRUE&PARENT=25&V0=3&V1=0&CTX=B&VN=3&VOK=Confirmar

España y Catalunya (Municipales)

http://www.elecciones.mir.es/MIR/jsp/resultados/index.htm

http://www.elecciones.mir.es/MIR/jsp/resultados/index.htm

http://www.idescat.net/territ/BasicTerr?TC=6&V0=1&V1=08019&MN=1&&V3=372&PARENT=25&CTX=B#FROM

http://www.idescat.net/territ/BasicTerr?TC=6&V0=1&V1=08279&MN=1&&V3=372&PARENT=25&CTX=B#FROM

España y Catalunya ( Referéndums y Europeas)

http://www.elecciones.mir.es/MIR/jsp/resultados/index.htm

http://www.idescat.net/territ/BasicTerr?TC=5&V0=3&V1=3&V3=393&V4=437&ALLINFO=TRUE&PARENT=25&CTX=B

http://www.elecciones.mir.es/MIR/jsp/resultados/index.htm

http://www.elecciones.mir.es/MIR/jsp/resultados/index.htm

http://www.europarl.europa.eu/elections2004/ep-election/sites/es/results1306/turnout_ep/turnout_table.html


Comparativa de la participación en las elecciones al Parlamento Europeo, desagregada por los nueve países con datos desde 1979:

http://www.europarl.europa.eu/elections2004/ep-election/sites/es/results1306/turnout_ep/turnout_table.html

Países Europeos (Presidenciales y Diputados)


http://www.electionresources.org/fr/index_es.html

http://www.electionresources.org/fr/index_es.html

http://www.electionresources.org/de/

http://elezionistorico.interno.it/index.php

http://www.electionresources.org/de/

http://www.election.demon.co.uk/geresults.html

1950 – 1997: http://www.election.demon.co.uk/geresults.html

2005: http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/politics/vote_2005/constituencies/default.stm

______________________________

Anexo Alfa-Numérico.

España y Catalunya (Generales, Autonómicas, Municipales, Referéndums y Europeas)


Congrés Diputats (Espanya)

participació

abstenció

1977

79

21

1979

68

32

1982

80

20

1986

70

30

1989

70

30

1993

76

24

1996

77

23

2000

69

31

2004

76

24


Congrés Diputats (Catalunya)

participació

abstenció

1977

79

21

1979

69

31

1982

81

19

1986

69

31

1989

67

33

1993

76

24

1996

77

23

2000

65

35

2004

77

23


Parlament de Catalunya

participació

abstenció

1980

61

39

1984

64

36

1988

59

41

1992

55

45

1995

64

36

1999

60

40

2003

63

37

2006

57

43


Municipals (Espanya)

participació

abstenció

1987

69

31

1991

63

37

1995

70

30

1999

64

36

2003

68

32

2007

63

37


Municipals (Catalunya)

participació

abstenció

1987

68

32

1991

58

42

1995

65

35

1999

55

45

2003

61

39

2007

54

46


Municipals Barcelona

participació

abstenció

1987

69

31

1991

56

44

1995

67

33

1999

51

49

2003

59

41

2007

50

50


Municipals Terrassa

participació

abstenció

1987

65

35

1991

51

49

1995

59

41

1999

48

52

2003

54

46

2007

44

56


Referèndum (Espanya)

participació

abstenció

1976 - Reforma Política

78

22

1978 - Constitució

67

33

1986 - OTAN

59

41

2005 - Constitució Europea

42

58


Referèndum (Catalunya)

participació

abstenció

1976 - Reforma Política

74

26

1978 - Constitució

69

31

1979 - Estatut

59

41

1986 - OTAN

63

37

2005 - Constitució Europea

41

59

2006 - Estatut

49

51


Parlament Europeu (Espanya)

participació

abstenció

1987

69

31

1989

55

45

1994

59

41

1999

63

37

2004

45

55


Parl.t Europeu (Catalunya)

participació

abstenció

1987

68

32

1989

52

48

1994

52

48

1999

55

45

2004

40

60


Parl. Europeu (Europa)

participació

abstenció

1984

61

39

1989

59

41

1994

57

43

1999

50

50

2004

46

54


Member

1979

1984

1989

1994

1999

2004

Bèlgica

91,4

92,2

90,7

90,7

91,0

90,8

Luxemburg

88,9

88,8

87,4

88,5

87,3

90,0

Itàlia

84,9

83,4

81,5

74,8

70,8

73,1

Irlanda

63,6

47,6

68,3

44,0

50,2

59,7

Alemanya

65,7

56,8

62,3

60,0

45,2

43,0

França

60,7

56,7

48,7

52,7

46,8

42,8

Dinamarca

47,8

52,4

46,2

52,9

50,5

47,9

Holanda

57,8

50,6

47,2

35,6

30,0

39,3

Gran Bretanya

32,2

32,6

36,2

36,4

24,0

38,9


Países Europeos (Presidenciales y Diputados)

Presidencials França - 1ª volta

participació

abstenció

1965

85

15

1969

78

22

1974

84

16

1981

81

19

1988

81

19

1995

78

22

2002

72

28

2007

84

16


Presidencials França - 2ª volta

participació

abstenció

1965

84

16

1969

69

31

1974

87

13

1981

86

14

1988

84

16

1995

80

20

2002

80

20

2007

84

16


Bundestag Alemanya

participació

abstenció

1972

91

9

1976

91

9

1980

89

11

1983

89

11

1987

84

16

1990

78

22

1994

79

21

1998

82

18

2002

79

21

2005

78

22


Camera dei Deputati Itàlia

participació

abstenció

1972

93

7

1976

93

7

1979

91

9

1983

88

12

1987

89

11

1992

87

13

1994

86

14

1996

83

17

2001

81

19

2006

84

16


Portugal

participació

abstenció

1979

87

13

1980

85

15

1983

79

21

1985

75

25

1987

73

27

1991

68

32

1995

67

33

1999

62

38

2002

62

38

2005

65

35


General Elections

1885 - 1945


1950 - 2005

Anglaterra

participació

abstenció


participació

abstenció

1885

81

19

1950

84

16

1886

74

26

1951

83

17

1892

77

23

1955

77

23

1895

78

22

1959

79

21

1900

75

25

1964

77

23

1906

83

17

1966

76

24

1910

82

18

1970

72

28

1918

57

43

1974

73

27

1922

73

27

1979

76

24

1923

71

29

1983

72

28

1924

77

23

1987

75

25

1929

76

24

1992

78

22

1931

76

24

1997

71

29

1935

71

29

2001

59

41

1945

73

27

2005

61

39



______________________________

1 La Cultura del nuevo capitalismo, Anagrama, 2006, página 18

2 Abundante en esta categorització, hace falta decir que "los resultados electorales [y el grado de abstención es uno de ellos] reflejan poco más que la suma de las preferencias individuales de millones de electoras que no actúan coordinadamente y que deciden su voto [o su ausencia, podemos añadir] en función de criterios notablemente distintos... aunque quisieran, los electoras difícilmente pueden emitir mensajes claros que podamos interpretar en un sentido unívoco" José Ignacio Torreblanca, Investigador Principal, Real Instituto Elcan, Informe ARI n� 112/2004, del 21 de junio de 2004, Clavas para entender la abstención en la elecciones europeas

4 http://www.princeton.edu/cboix/abstencion.PDF Carles Boix (Profesor en los Departmentos de Ciencia Política y de Economía de Ohio State University )y Clara Orilla (Profesora en el Departamento de Economía de la Universidad Pompeu Fabra)

5 http://dialnet.unirioja.se/servlet/fichero_articulo?articulo=758076&orden=81016 "VOTO DUAL Y ABSTENCIÓN DIFERENCIAL Uno estudio sobre el comportamiento electoral en Cataluña", Clara Orilla, Universidad Pompeu Fabra

6 Alain Touraine, en la conferencia que sobre "Globalización económica y fragmentació social" hizo al CCCB el año 2005 (editada por Breves CCCB, 2006), explicita una ruptura cierta entre política y sociedad determinada por "la separación entre la economía y al resto de instituciones sociales, políticas y culturales" y ante el hecho de un cierto alejamiento del ciudadano de la política nos pide que tengamos en cuenta que como puede el votante "llegar a imaginar el funcionamiento del... sistema político.. si la vida económica está totalmente determinada por un sistema en que estas instituciones fundamentales no ejercen ninguna influencia?". Con respecto a la cultura como una nueva manera de participación cocial, dijo que "hemos se ser conscientes que se ha agotado el concepto de sociologia", y apoya esta afirmación todo explicando que tal y como los actuales paradigmas con un "vocabulari económico y social" desplazaron a los paradigmas "del derecho y la política" en el s XIX como herramienta "para referirnos a las realidades sociales", ahora, dice, "y este es el mío [pensar] personal... las categorías culturales han desbancado las categorías sociales". Ya el año 2003 lo empezaba a plantear: "Así como en 1848 lo económico-social invadió lo político, a partir de los años sesenta en EE UU y Francia lo cultural ha invadido lo político: con Mayo del 68, el problema del multiculturalismo, las mujeres..." (El País, 22-11-03).